Para el psicólogo José Blunda, que supo trabajar en el departamento de psicólogos que años atrás tuvo Atlético, hay varios ejes para poder intentar explicar la situación en la que se encontraba Santiago García. “En primer lugar hay que aclarar que el suicidio es una urgencia vital de acabar con un sufrimiento muy intenso, una desesperanza futura que permite ver a la muerte como una salida. La persona no quiere morir, busca dejar de sufrir, considera que su vida es muy indigna y sin una solución en el horizonte”, explica el profesional. “La conducta suicida no tiene que tener valoración moral, no se es ni valiente ni cobarde, sino una asfixia total ante la posibilidad de vida digna, producto de un intenso sufrimiento. En el mundo del deporte de alto rendimiento, requiere recursos mentales y emocionales que son claves. El logro deportivo no sólo depende de la fortaleza física y de habilidades técnicas, sino también de recursos mentales que permitan manejar el éxito, el fracaso, la presión, el estrés”, detalló.

Para el especialista, la pandemia marcará un antes y un después. “No es menor empezar a considerar que el mundo después de la pandemia tiene, además de los infectados físicamente con el virus, cuestiones relacionadas con el deterioro mental que tiene que ver con la pérdida de tolerancia y un déficit en los recursos para sortear las adversidades de la vida”, finalizó.